PORTADA PROVISIONAL La vida me dió un golpe duro, no hablo del ambito familar, más bien, del amoroso. Y sí, la realidad me golpeó la cara demasiado fuerte. Fui engañada, cuernuda, cachuda o como quieran llamarle. Aun así, no aprendí nada. A pesar de eso, puedo decir que no aprendí nada de nada.