Cuando se supone que debes ayudar a instaurar la paz entre especies y no eres capaz de estar en paz contigo misma... Gwyn tiene un don, o varios, pero definitivamente ninguno de ellos es el don de gentes, es gruñona, sarcástica, utiliza la ironía como si ésta fuera su lengua materna y encima vive rodeada de seres extraños, de hecho ella es la más extraña de todos ellos. Lucha, aunque no sabe si contra el mal o el bien, en definitiva; su existencia no es fácil. Para colmo algo a la vuelta de la esquina va a complicarle las cosas, como si eso hiciera falta, si supieran que ella sola se basta y se sobra para eso.
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