-¿Quién eres realmente? -le pregunto mientras mis piernas tiemblan a penas sosteniendo mi peso. Sus ojos se iluminan y por un segundo creo verlos cambiar con un brillo dorado. Instintivamente retrocedo, pero él me sostiene de la cintura, evitando que pueda escapar. -Soy Lucifer -responde con una sonrisa maliciosa y puedo jurar que en sus ojos se ve arder el mismo infierno. «Soy la oscuridad que acabará con tu luz.»