"A toda acción corresponde una reacción de igual magnitud pero en sentido contrario." -Isaac Newton.
-¡Isabell, en algún momento te romperán el corazón tal y como lo has hecho tú a todo el que se te cruza en frente!-
Lucía me repetía y recordaba esto cada vez que podía, nunca me importó, pues jamás dejaría que un hombre jugara conmigo, no después de todo lo que había pasado mi madre, no después de ver a todas mis amigas llorando, no después de haber terminado una relación tan larga y tan dolorosa como la que tuve, recuperé mi corazón, trozo por trozo lo recogí y lo armé sola, sin absolutamente ningún hombre que entorpeciera mi vida y me diera más dolores de cabeza. Cuando el último pedazo encajó y pude levantarme de mi cama, pude dejar de llorar y lamentarme, me hice una promesa, no volvería a sentir, no volvería a entregar mi corazón, no me volvería a enamorar, me encargaría únicamente de vengar a cada una de las mujeres que sufrieron por amor, haría pagar a cada hombre que quiso jugar con los sentimientos de una persona. Nadie era lo suficientemente bueno e inteligente como para hacer que me quedara con él, los hombres ahora daban asco y en este punto de mi vida, lo último que quería era amargarme la vida con alguno de ellos a mi lado. La gente es algo complicada, pero de algo estoy segura, nadie se resiste a un reto y mucho menos un hombre que quiere sobresalir entre los demás, ese era el secreto, ellos creían que yo era un trofeo, el ganador era aquel que se quedara con mi corazón, ellos creían que yo no lo notaba, nunca contaron con que yo fuera un paso delante de todos, nadie podría hacerme cambiar de parecer, nadie podría arreglarme, disfrutaría mi adolescencia sin ningún percance y de eso estaba completamente segura, pues nadie me detendría.
O eso pensaba, hasta comenzar el último año de escuela y que el karma hiciera justicia, cruzando en mi camino a Adam Bruce.
La vida de Hope da un giro cuando su familia es destruida a causa de la infidelidad de su padre. Ella intenta olvidarse de los problemas familiares por medio del alcohol y las fiestas, pero todo cambia cuando conoce a Newton, un chico destruido con un pasado misterioso que le enseñará una nueva forma de vivir libremente y hará que su sangre hierva de coraje, así como de deseo.
Ambos intentarán luchar contra sus propios demonios, al mismo tiempo que caen perdidamente enamorados uno del otro, pero no saben si lo que sienten será suficiente para estar juntos o si su pasado será más fuerte, impidiendo que alcancen la felicidad que tanto anhelan.
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*Extracto*
-¿Sabes que no soy virgen verdad?- Pregunté un tanto incrédula -Porque no lo soy, he tenido bastante sexo con muchos chicos-
Quizá Newton pensaba que lo era y por eso había hecho un gran alboroto de esta noche. Quizá era de esos hombres que esperaban que todas las mujeres con las que se acostaban fueran vírgenes y puras, lo cual estaba demasiado alejado de mi caso.
Mi cabeza había comenzado a dar vueltas, formulando posibles explicaciones a todo esto, cuando la risa de Newton me hizo voltear a verlo. Tenía una enorme sonrisa en su rostro y sus ojos brillaban.
-Aunque no aprecio que menciones en este momento a tus amantes pasados, si eres virgen o no no cambia la manera en la que te veo y cuánto te deseo, Hope. Tampoco cambia el hecho de que quiero cogerte, con dulzura, pero también tan fuerte que no olvides jamás esta noche. Puede que esta no sea tu primera vez, pero es tu primera vez conmigo, así que quiero que sea igual de especial para ti de lo que es para mí-