No me arrepiento, se lo merece por idiota, egocéntrico idólatra, estúpido, y por estar condenadamente sexy. -¡April!-grita. Me doy la vuelta y vuelvo a sonreír mientras lo veo ahí atado a la cama y bueno pues con un amigo muy muy contento. -¡Me vengaré!-amenaza. -Te estaré esperando, cuando quieras-digo y salgo de la habitación. Escucho como me maldice de todas las formas posibles. Pero mi sonrisa de satisfacción y mi venganza nadie me la va a arruinar.
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