Así es como se denomina a un grupo de músicos que comparten una singularidad: haber muerto a los 27 años. No obstante, esta no es la única premisa que deben cumplir los miembros del selecto Club 27, ya que para ingresar en él, su fallecimiento tuvo que deberse a un exceso de drogas o alcohol, de ambas cosas o a un suicidio.