El café de la avenida, el suéter que te gusta, mi cara pálida con mejilla rosas, los converse negros descoloridos, el aire helado, y una canción de rap. Te vi entrar con tu cabello largo que cubría la parte derecha de tu cara. Tus ojos rojos te delataban, y los míos se llenaron de la significativa agua que sabe a sal. Te vi, y la canción que sonó aquella noche en la penumbra de tu habitación, tuvo lugar en las bocinas del café de la avenida, con mi suéter de estrellas, mi cara pálida se torno de color, y mis converse nuevos, el aire helado, y la canción que me recuerda a ti.