La pregunta que me revienta el cerebro es ¿La loca soy yo o son los otros? Esa escasa línea entre la cordura y la locura, entre la realidad y la fantasía... Todos decían que estaba loca porque hacía y decía cosas que los demás no entendían. Yo sabía que no estaba loca pero todos insistían en que lo estaba. Entonces fingí estarlo para hacer lo que me viniera en gana ¡Finalmente a los locos no los cuestionan! Me convertí en una loca muy cuerda. Friamente calculada para que no me metiesen en un manicomio. Puse a prueba mi inteligencia y la de los demás. Me burle de mí y me burle de todos. ¡Entre más fingía estar loca más me gustaba estarlo! Sólo quería liberarme... Era una mujer cansada de todo, hastiada de la sociedad y su sistema, del egoísmo y el yoismo de la humanidad, cansada de la monotonía, la rutina y del maltrato de los hombres a las mujeres. Por eso rompo reglas y no me conformo con un mundo cuadrado. Y un día ilusionada dije: ¡VOY A CAMBIAR EL MUNDO! Jajajajaja Y desde ese día me llamaron loca. Buuuuuuuuueno finalmente a los que quieren cambiar el mundo siempre los han llamado locos. ¡Y yo no fuí la excepción! Mi gran desilusión...Cuando alguien me dijo con tremenda carcajada "¿Cambiar el mundo? ¡Pero no hay pañal para cambiar tanta mierda!"All Rights Reserved