Ni siquiera cuando Demian vivía en el agridulce engaño era feliz. Perder la memoria le hizo también perder otro tipo de capacidades. Al empezar a tener horrendas pesadillas diariamente, conoció lo que era el miedo. Y se quedó con él. Imágenes de la vida de otras personas llegaban a él, regresando de un recóndito lugar en su memoria que hasta ahora no había sido explorado. Porque tenía a alguien más controlando su cuerpo. Alguien que empezaba a robarle lo único que le pertenecía por completo en un mundo donde las cosas jamás eran seguras. Es hora de hacer la apuesta, gana el primero en adivinar cuánto tiempo soportará Demian el peso de su destino.