Un ritual que se hace una vez cada siglo, para conservar las fuerzas que rigen la tierra, una promesa que no se ha de romper desde sus primeros ancestros, para continuar el ciclo. Sin embargo esta vez hay algo distinto, que sin lugar a dudas alterara el orden cronológico de ésta, la responsabilidad de las dos personas que darán la esperanza al mundo de no destruirse. Y es que todas las reencarnaciones que representan a estos astros son siempre un chico y una chica, que en conjunto se encargan de unir las fuerzas que ejercen sobre la tierra, además de asegurar que uno nunca exceda en capacidad al otro. Deben llevarse bien, y saber que su destino esta marcado para unirse y convertirse en el sello que proteja al mundo de una posible catástrofe, todo durante un eclipse especial. ¿Por que es tan importante? ¿A que se debe su cumplimiento obligatorio? ¿Podrá cumplirse sin contratiempos? ― ¿Qué pasa en esta reencarnación que es tan distinta? ―preguntó el guardián del templo al recibir al mensajero... ― Pues, que esta vez... ambos son chicos ― contestó nervioso sin mirarle a la cara. *************** Todos los derechos reservados Prohibida la reproducción parcial o total de esta historia, registrada y licenciada bajo los estatutos de Integridad de la Persona.