Desde 2016 he tratado de llenar páginas con historias, borrando y reescribiendo ilusiones, desastres, amores y desamores, aventuras y ciertas ridiculeces, no me llenaba, aún no encontraba eso que quería compartir, las palabras apropiadas, los momentos reales, los suspiros, todo se fue perdiendo en el tiempo, a la vez que todo vuelve.
No me gusta escribir en papel, siempre intenté en un diario rojo porque me gusta el color, me gustan sus hojas, me gusta su olor, pero quedaría encerradas las palabras, se morirían de tristeza, yo no sería la única, sino también ellas. Así que decidí empezar este diario, con letras perdibles, vagas, por si en algún momento la vida me cambia.
Al final supe que la mejor historia está ahí en frente de uno, es mi vida, y no pretendo ser narcisista, al final te darás cuenta que mi vida es lo menos envidiable de este mundo, solo quiero contar contigo, ahí, del otro lado del móvil tal vez exista otra Carla, o tal vez seas uno de los personajes principales de esta historia ¿a que te atreves a leerme? No te prometo algo fantástico, pero sí que intentaré que mi vida se convierta en una historia con arcos de transformaciones tremendas para que no te aburras tanto y te des cuenta que todos somos galaxias, planetas, micromundos y que valemos la pena, al menos para un papel.
Soy Carla, desde ahora tú serás L. Mi mejor amig@ L.
"Siempre habrán ángeles en el infierno y tentaciones en el paraíso."
Polos opuestos, llamados por el destino.
Zehra una mujer con cara angelical, aura de diosa, cuerpo de infarto que irradia elegancia y clase por donde quiera que vaya.
La vida de Zehra no era para nada diferente a las demás, no hasta que lo conoció a él. A un hombre sombrío, sin escrúpulos, arrogante, y narcisista. Su vida dio un giro de 360 grados, cuando después de una larga y temerosa noche se despertó en un lugar completamente desconocido para ella.
Entonces la acción inició. Su vida ya no era aburrida, porque el peligro, los problemas, y los deseos explícitos yacían parte de ella. Aquel hombre la sedujo, el se hizo adicto a ella, la hizo su sumisa, su mujer, y la reina de su gran imperio.