-¿Y por qué crees que no me casaré con él? -Porque no lo amas -mantuve mi sonrisa desafiante aunque me hubiera afectado lo que dijo. Porque tiene razón. -Tú nunca fuiste como Blake -dije firme. -En eso estoy de acuerdo; yo sólo tenía ojos para ti -fruncí el ceño. Su cara sin ninguna expresión, que lo hacia lucir aún más interesante, me hizo dudar porque no había burla ni venganza en su mirada. -¿A qué te refieres? -curvó hacia arriba una de las esquinas de su boca. -A que no eres la única que calienta su cama, aunque aún no sé por qué lo haces -por fin expresó algo con su cara, pero como siempre, era enojo y fruncí el ceño. No le daría el placer de ver que me hizo dudar de Blake con lo que dijo, así que sonreí con burla. -¿Y por qué no lo haría si pronto será mi esposo? -apretó los puños. -Porque aún eres mía. -No soy tuya -se acercó a grandes zancadas hacia mí, haciéndome retroceder hasta la pared. -Siempre has sido mía y así seguirá siendo. -No. -Sigues siendo mi esposa y no hay forma en la que te de el divorcio - lo miré a los ojos. -¿Por qué me haces esto? -se agachó y se acercó a mí. -Porque te sigo amando -susurró sobre mis labios, los besó castamente y se alejó. ~~~ Queda prohibido copiar, adaptar, almacenar y/o publicar, ya sea parcial o totalmente, la historia sin permiso del autor. Todos los derechos reservados ©
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