-¡Es un demonio!.-Gritó su madre. El niño lloraba y gritaba de dolor. Abrazaba su cuerpo pálido y ensangrentado intentando librarse de los golpes. Su padre se acercó a él y lo miró con asco. Se santiguaba y rezaba mientras le apuntaba con una cruz. Sus hermanos pequeños lo miraban con los ojos muy abiertos. -Los niños como tú no pueden ser felices, Maverick.-Dijo su padre. Antes de desmayarse, los miro con dolor. Él era débil e inocente... Pero estaban creando un monstruo.