•2Min• "El amor no es parte del negocio"
MinHo no sabe qué tipo de negocios tiene su padre, solo se conforma con ser millonario y heredar una gran suma de dinero para costear sus lujosos gustos personales. TaeMin no sospecha que las drogas que sus compañeros de universidad consumen en las alocadas fiestas a las que KiBum lo arrastra, son las mismas que su padre distribuye y con lo cual gana mucho dinero.
Ninguno de ellos sabe qué esconde el negocio familiar. Ninguno de ellos sospecha que, la llegada de un nuevo fiscal, tiene a sus padres sumidos en un gran problema, pues la cárcel, no es una opción. MinHo no sabe lo que su padre planea. TaeMin tampoco. Ellos solo lo descubren cuando están frente a frente con un lápiz en la mano y un contrato que los atará en un matrimonio que salvará a sus familias.
Solo que, ninguno de ellos desea firmar.
Ninguno de los dos desea casarse.
Y definitivamente, ninguno, planea enamorarse del otro.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.