Sus vacaciones tan ansiadas habían llegado, quería disfrutar de su tiempo libre sin interrupciones, pero nunca imaginó que estas serían muy diferentes a lo que había imaginado. No contaba con que sería perseguido por un sujeto a quien le gustaba vestir con ropas extrañas, zapatos de cuero, pulseras, muchas pulseras y collares, cabello enmarañado y con creencias singulares. ¡Era un Hippie! Y era muy hermoso, pero súper apestoso.