Azucar, flores y muchos colores; estos son los ingrediente para- okay, no esto no tiene nada que ver. imaginen un mundo donde Yuuri es demasiado cobarde y termine siendo un florista en vez de un patinador. Imaginen que en todas esas posibilidades, su idolo Victor Nikiforov aun encuentra la forma de llegar a Kyushu, a un pequeño lugar llamado Hasetsu. Imaginen un mundo donde el encuentro de una noche sea obra del destino. O como estos dos, a pesar de las pocas posibilidades, forman una amistad que podría llegar a ser algo más; justo como una flor esperando a florecer.