En menos de un segundo teníamos las armas apuntándonos directamente. Estábamos atrapados, tiramos nuestras armas al suelo con la vaga idea de una derrota pero oímos el disparo que lo comenzó todo. Un tiro. Solo eso se necesitó para que se activaran nuestras mentes, halé el gatillo y antes de darme cuenta estaba escondido detrás de las cajas de armamento, vi como mis compañeros disparaban y oí como el estruendo de los casquillos en el suelo se asemejaba a nuestra música. Luchaban, luchábamos. ¿Pero porqué? ¿Por quien?