Nacieron el mismo día, sus madres son mejores amigas, crecieron como vecinos, y se conocen mejor que a nadie. Sophia sabía que Aaron solía ser mujeriego, insensible e imponente. Y sabía que en él, no habían cambiado muchas cosas a través de los años. Aaron conocía a Sophia como la palma de su mano. Sabía que después de tantas rupturas amorosas, había aprendido a ser seria y analítica, aunque eso no le quitaba lo bondadosa. A pesar de conocerse tan bien, se trataban como a cualquier otra persona. Sus personalidades no estaban hechas para ser amigos. Y eso se pone a prueba cuando sus madres, con el afán de querer verlos juntos, compran un penthouse en el cual los dos tendrán que vivir juntos mientras se enfrentan a la presión de su primer trabajo. Lejos de casa, con una única persona a la cual conocen, Sophia y Aaron no tenían mucha opción después de todo.Todos los derechos reservados
1 parte