Hasta la miel más dulce se agria en un vaso sucio. La impulsividad es algo de lo que Lía nunca se podrá deshacer y que siempre la meterá en problemas. Pero cuando se trata de pasión es el cuerpo y las sensaciones las que marcarán el camino y harán a Lía olvidar todo por lo que no quería entrometerse de nuevo en una relación. Sin buscarlo el destino quiso que se encontraran. En un principio no se lo imaginó, sin embargo el hombre que por casualidad apareció en su vida ha trastocado de pies a cabeza todo lo que la rodea. Tras una cadena de desastrosos sucesos la vida de Lía parece volver a recomponerse. Sin embargo las sombras nunca dejarán de perseguirla y mucho más ahora que tendrá que lidiar con los problemas que acarreará enamorarse.