Desde que era niña disfrutaba tanto ver sangre, sentía algo inexplicable, y a mis 12 años mi primera víctima fue el conejo de mi tonto hermano; lo mate y no sentí ningún remordimiento, luego de terminar tal hazaña decidí ir y dejarlo en su cama. El idiota de John empezó a llorar peor que niña y gritaba Peluche que te paso, ¿quién te hizo esto? Yo solo sonreía y me decía a mis adentros que buen trabajo Emily. Si tienes ojos azules te recomiendo que te cuides porque te puedo seguir los pasos donde quiera que te encuentres.