Mi verano en este desierto hasta el momento se puede describir en cuatro palabras: mosquitos, sudor, llanto y dolor. ¿Y qué fue lo que hice para estar aquí? Nada. He sido bueno toda mi vida, pero mi padre espera que este campamento me convierta mágicamente en un macho varonil al que le gustan las mujeres. No sé si él esperaba que me amarraran a una silla y me torturaran con pornografía heterosexual o algo parecido, pero nada como eso ha pasado. Lo único que he hecho desde que llegué es soportar los castigos que nos dan por la culpa de Crystal, mi única amiga. Y llorar en las noches mientras todos duermen, pero eso no es nada nuevo. Sigo siendo tan gay como siempre y eso nunca se me va a quitar, mucho menos si me ponen enfrente a hombres como Lucas James. Con esos ojos de ensueño, piel de chocolate y nalgas de campeonato. De repente tengo muchas ganas de quedarme en este horripilante desierto.