No sé que pasó cuando lo vi entrar por la puerta de mi edificio, sólo lo vi cargando una caja que decía: "caja de películas", acompañado de su hermana gritándole que se apurara en subir todas las cajas. Ese día fue mi condena. Para: Joaquín Bondoni. De: Extraño anónimo Cargar con la caja de películas había sido la mejor idea que se me había ocurrido antes de mudarnos a la Cuidad de México con toda mi familia. Verlo bajando de las escaleras con un balón de baloncesto fue una sensación extraña pero bonita. Desde ese día yo mismo puse mi alma expuesta a su condena. Para: Emilio Marcos. De: Anónimo extraño Éramos dos extraños buscando algo que ninguno sabía que necesitaba. Si por qué el amor es una cosa que sólo se limita a un cuadro de simpleza y lo qué hacia era un delito, sí, soy un pecador y merezco que se me sacrifique con la sangre caliente de seres fríos.
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