-Savannah, Savannah, Savannah- repetía él sin parar. Estaba buscándome pero yo no me atrevía a salir de donde me escondía. Su poder era mas grande que el mío y no cabía duda. Mi piel se erizaba cada vez que escuchaba mi nombre salir de su boca, esa es una de las razones que comencé a odiarlo. Me encontró. Me miró a los ojos y mi nombre seguía pronunciándolo, claro está que lo decía con odio. Me agarró de los hombros haciéndome caer al piso, el hecho de que él me haya agarrado así me sentía sucia. Comenzó a decir insultos que me hacían sentir mas sucia de lo que estaba y también buena para nada. -Nadie te quiere, es por eso que no te ayudan.- Dicho eso sonrió, me empujó y se fue.