¿Cómo iba a saber que todo cambiaría tan rápido? La vida es como el viento, lo sientes y crees que lo tienes en tus manos, pero la realidad es que no, el viento corre tan deprisa que es imposible atraparlo, solo podemos sentirlo. La vida es algo similar al viento, corre igual, lo sientes igual y se va igual, se van tan rápido como los veranos. Corre tan deprisa como el tiempo. Al caminar en la vida vamos atados a la muerte, porque a eso estamos destinados ¿o no? Pero vamos tan convencidos de que nada pasará, de que todos los días estaremos bien y que las cosas malas no andan por ahí buscando a quien molestar. Pues no, la vida no es color de rosas. Yo no sabía que estaba tan bendecida pero tan jodida a la vez. No sabía que estas cosas pasan posiblemente para que encuentres y conozca el verdadero amor a las cosas que verdaderamente importan y muchas veces solo ignoramos. Muchas veces no sé qué decir, lo único que sé es que hay que vivir cada hora, cada minuto, cada segundo y cada suspiro, sin que se nos escape nada. Porque todo en un momento puede cambiar. Puede que estés bien en la noche y cuando despiertes sea todo lo contrario. Es cuestión de vivir sin miedos y no aferrarse a nada. Él fue parte de mis aventuras, su amor me hizo fuerte.