La oscuridad no es algo a lo que todos le tememos, si no mayormente es a lo que se refugia en ella. La luz siempre nos libera brindando nos armonía y paz, pero en este caso es a la inversa ya que la oscuridad fue y será su vida. Aquella oscuridad que la envuelve como un manto helado a su alrededor tomándolo con fuerza convirtiéndolo en su refgio. La oscuridad no te consume; te vuelve su esclava, pero en esta ocasión la oscuridad es esclava de su propia guardiana. Por lo tanto, es ella quien toma control y rige en ella.