Estas vacaciones pensé que serían increíbles, espectaculares, magníficas, maravillosas y podría seguir enumerando sinónimos como mi profesor de matemáticas, pero no tendría ningun sentido. Mi familia decidió probar suerte en otra ciudad, dejandro atrás el pueblo de mi infancia. Pero todavía siento un cosquilleo cada vez que vuelvo allí y el viento mece mi castaña melena. Adéntrate en esta historia y déjate envolver por esta pandilla de amigos, la magia, la vitalidad y la ilusión de un amor adelescente.