He sucumbido ante la idea de plasmar nuevamente uno de mis tantos actuales problemas, y sé que darle tal categoría sería exagerar pero cualquier situación que arruine mi estado anímico es digno (que idiota, digno sería darle demasiada importancia) de llamarse como tal. Empecemos desde su raíz, porque para entender bien que es lo que me sucede tengo que aventurarme a encontrar el principio de todo y en lo que se basa mi actual existencia. Estoy exagerando un poco, pero como en cualquier historia empezaré por el principio (bueno, antes de esto han pasado muchas cosas) de la situación. Tengo clara dos cosas en esta vida, una de ellas me da algo de pereza recordarla en este momento pero la segunda es el valor que tengo, mi familia dedicó años a enseñarme que tengo que respetarme, quererme, adorarme como si fuese mi propia diosa; suena genial, trae consigo tantas promesas de optimismo y superación que da asco pensar en algo tan positivo, y todo bien, pero aunque mis padres tarden años y valioso tiempo en demostrarme algo, no significa nada si por cada cosa buena que dicen viene acompañada de la discriminación por parte de otras personas. Porque sí; no soy particularmente atractiva ni del gusto de nadie, mi piel está llena de estrías, varices, celulitis, por donde se le mire, y bueno, añadiendo el obvio hecho de que estoy sobrepeso. ¿Eso me hacía menos hermosa que el resto? ¡Claro que no!, Pero de los errores se aprende, oí una vez, así que aquí estoy, por primera vez, con ganas de describir mi inútil vida. Lo malo de que todos te insulten, es que al momento de encontrar pareja, eres una bolsa inútil y manipulable, sí, porque si él me decía que algo era mi culpa yo simplemente rogaba disculpas. Con el tiempo, me fui dando cuenta de quién realmente era yo, y de qué tipo de gente debía rodearme, sin embargo, antes de eso debí tocar el más oscuro y odioso fondo.All Rights Reserved
1 part