Mello era el mejor estudiante en Wammi's School, si, hasta que llegó ese niño.
Era como si fuese perfecto: inteligente, lindo y, sobre todo, no se molestaba nunca. En serio, nunca se molestaba con nadie, ni se sonrojaba, ni lloraba. Para todos era como si no tuviese sentimientos. Y esa era la raíz del enojo de Mello hacia él. Tenía que encontrar algo. Quería ver un sonrojo, una lágrima, LO QUE SEA! El punto era que quería ver una expresión y...algo que llenase esa soledad por la que él se veía envuelto.
Kim nunca pensó que mentir en su currículum la llevaría a una completa travesía con su joven jefe.
Nico nunca pensó que darle una oportunidad a Kim la convertiría en el amor de su vida.