"Cuando la luna refleja la perdición de muchos, el sol llega para quemar toda desgracia".
-Voy a ser claro y directo- no dudo en acercarse a ella- me encantas y te amo.
Retrocedio, sus labios hacian una pequeña curvatura, sonreia, sabia lo que tenia que hacer.
-Yo no- puso dos dedos sobre su frente-Deberias tener claro que mataste lo poco que sentia, ya no tienes nada aqui, acabaste con todo-carcajeo-No me mires asi, ¿Querias a tu pequeña niña dispuesta para ti todo el tiempo?, aceptalo, ya murio.
Sebastian estaba parado sin reaccionar, ella iba dando un paso más seguro que el otro, su cabeza era un desastre, solo la veia irse, ya no era ella.
-Deberias saber que siempre quiso que regresaras, pero ella reacciono-tiro su cigarro al piso.
La miro desconcertado, solo seguia con la hoja en la mano.
-Espero que te vaya bien, cuidate, tu camino no es fácil y más aun con lo que haces-se acomodo la mochila y le dio un beso en la mejilla.
-Tomaste la decisión correcta.
"No esperes que te diga que todo esta bien, no esperes a que te sonría cuando lo único que quiero es llorar, simplemente no esperes"
Cuando eres una chica nada normal ni nada corriente, que intenta vivir contra todas las adversidades de su vida, pero es sacada de casa y no gentilmente qué digamos.
Y solo le queda empezar a trabajar con un multibillonario de niñera, sin saber los secretos y las mentiras oscuras que este guarda, quedando atrapada en estas que se vuelve una cadena invisible alrededor de su cuello que cada vez tiene más peso.
Eso no es lo único Melody con tal de conseguir la cura para el asma, termina en un matrimonio arreglado con nada más ni nada menos que el Sr. Deces.