"A veces, pienso que eres todo cuanto quiero", le susurra Baekhyun, sus labios suaves contra la mandíbula baja de Chanyeol, rozándolo levemente, como si quisiera plantar un beso firme ahí pero no se atreviera.
Chanyeol nunca se adaptaría a estos cambios leves en la actitud de Baekhyun; de la fuerte e insensata necesidad, a una discreta y controlada distancia.
"Podría serlo" respondió, sus propias palabras sonaban como algodón atrapado en una tormenta. No se atrevía a decir 'Yo podría ser todo cuanto necesites', pero quería decirlo. Aquellas palabras vendrían después, cuando Baekhyun estuviese listo para aceptarlas.
Dejo a Baekhyun alejarse lo suficiente como para sentarse, sus manos plantadas en la cama a ambos lados de su torso. Miró a Baekhyun observarlo por un largo rato, el único sonido que había entre ellos era sus suaves respiraciones. Baekhyun estaba cansado. Era un profundo, mundano agotamiento que provenía del estrés de tratar de vivir dos vidas. Baekhyun podía no saber quién era realmente, pero eso no cambiaba el hecho de que en algún lugar, en lo profundo de su mente, tenía cientos de años validados en memorias. Y ocultas en aquellas memorias estaban las verdades codificadas de su existencia. Era una batalla diaria constante, la resistencia de su mente luchando contra todo instinto que tenía. Chanyeol lo sabía muy bien, habiendo vivido sus propias batallas.
"Ni siquiera te conozco", dijo Baekhyun, pero las palabras eran vanas. Una imitación de la aprendida auto preservación. No había nada sincero en esa confesión, y no había nada nuevo.
ノ*:・゚✧ノ*:・゚✧ノ*:・゚✧ノ*:・゚✧ノ*:・゚✧ノ*:・゚✧ノ*:・゚✧ノ*