Como de costumbre ciel se ha dado a la tarea de molestar a su mayordomo una vez más encargándole una ridículamente imposible tarea... Enseñarle a hablar a Pluto, su gigantesco perro demonio, después de dar la orden se marcha con todos los demás a la residencia americana de la tía de Elizabeth. A pesar de ser una molestia, imposible no es una palabra que Sebastián Michaelis conozca y cumple a cabalidad lo que le fue encomendado. Cuando la fiebre de celo se apodere del can demonio y la verdadera identidad de Pluto, o más bien Inugami sea revelada.... ¿Qué hará Sebastián?