Un león caminaba delante. Tras él, un carnero y un centauro. A cada paso que daban hacia el círculo empezaba a arder el suelo. Al otro lado del dibujo del suelo, una mujer y un toro seguían a una cabra. Un hombre con un gran botijo iba delante de otro hombre con una balanza y dos gemelas agarradas de la mano. En frente de ellos, dos peces y un cangrejo andaban detrás de un gran escorpión. Se entremezclaron y cada uno se colocó en una parte distinta del círculo, encima de un símbolo. Cuando Aries, Leo y Sagitario se pusieron en el suyo, un aro de fuego los acorraló durante unos instantes. Cuando Capricornio, Virgo y Tauro se colocaron, unas flores de inmensos pétalos aparecieron a su alrededor tan solamente unos segundos. Cuando Acuario, Libra y Géminis se colocaron, un fuerte tornado los envolvió. Y cuando Escorpio, Piscis y Cáncer se pusieron sobre su signo, una burbuja los atrapó unos instantes. Se miraron unos a otros y el círculo que había en el centro se iluminó y proyectó una gran esfera gris. Luego, la esfera desapareció y dio paso a una mujer echa de pura luz. Todos sus rasgos eran hermosos, era la perfección en persona. Entonces, la mujer asintió y desapareció también, para que pudiera aparecer una nueva esfera. Era más pequeña que la a anterior, y de colores verdes, azules y marrones. El planeta Tierra. A continuación, las personas y animales que representaban a los distintos signos se esfumaron.