El odio en su estado puro y sin razones claras define la relación entre Hades y Kore; aquí nada será igual luego de colapsar en lo impensable: el amor. Kore cree saber lo que quiere. Hades sabe lo que quiere. Kore tiene una idea fija sobre Hades, pero Hades es más de lo que Kore puede imaginar. No son lo que parece, y eso es lo que descubrirán de una forma tortuosa y adictivamente gradual, donde hasta sus pensamientos les juegan en contra y debilitan la rivalidad. Como dejar de odiar a una persona que se vuelve cada vez más una droga que necesitas para vivir, que saca lo peor y mejor de ti, que te lleva a conocer tus propios límites y luego los destroza sin piedad; es el cielo y el infierno personificado. Aquella fatal atracción en realidad no era prohibida por la naturaleza, sino por los lazos del pasado; por eso es su mayor secreto, aquel que disfrutan sus pieles y llena sus corazones... Viven un infierno que muchos llamarían amor. ¿Podrá esta ser una historia con final de cuento en un mundo tan real donde el odio, el desprecio, el deseo, y sobre todo, los oscuros secretos de los cuales Hades no puede deshacerse, reinan?