A veces se preguntaba como había llegado a este punto. Tener que infligirse dolor, convertirse en un autolesionasta porque el dolor interior era tan fuerte que solo el dolor físico conseguía combatirlo. Kyuhyun, un maravilloso hijo, el dulce y Evil Maknae, el excelente cantante, el fantástico actor, el que sabia todo y que aprendía hasta lo que no le gustaba. Sin embargo nada de eso parecía verdadero mientras veía la sangre correr en sus piernas