De las dos formas, de los dos caminos y viceversa, Lía, una chica entre comillas loca y divertida, debe tomar situaciones para llegar a la conclusión de que debe despertar. A veces es mejor no irse por lo que uno ve en oportunidades que son buenas, pero no es tan así. Gabriel, el chico que se enamora de Lía, y juntos más adelante, llegan hasta a punto de casarse. Pero es aquí cuando las preocupaciones del pasado de Lía, llegan a temblar el piso, porque aunque ella no se ha dado cuenta, se puede estar confundiendo de camino a un sueño. Ese sueño que durará hasta cuando ella diga fin. Andrés, su pasado y además el chico que asesinó a el ex novio de Lía, Diego. Eso es lo que piensa Lía. Las locuras de Gabriel junto con la pasión por estar en un sueño de amor con Lía. La conexión entre estos tres personajes se incrementan cuando juegan con los sueños. Sueños que en algunos momentos se esfuman. Tal como las imaginaciones de Lía con las desaparecidas Sidragos.