La noche de aquel octubre estaba fría y el vestido corto no ayudaba en lo absoluto. Kate sostenía mi bolso mientras yo me sacaba los tacones. -Corre!!- Gritó ella mientras yo me tambaleaba hacia la derecha. -Espera Kate! A donde vas?- Dijé y al mismo tiempo salí corriendo para a seguirla - Sus tacones resonaban en la acera y de las prisas casi tira mi bolso a media calle. Sus ojos brillaban y sus mejillas sonrosadas marcaban lo cansada que estaba de haber corrido tantas calles. -La policía estaba por llegar, acaso no viste toda esa gente corriendo como locos? -Mierda. Guarda los cristales, métetelos en la vagina o lo que sea! Pero rápido!Tous Droits Réservés
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