-¡Vamos Samantha, no puedes ir a estrellar mi auto así como así, y menos porque se te da la regalada gana!. -me empezó a gritar como si no hubiera un mañana, diablos, que estresante es.
-Oh, ¡claro que puedo Mike! Asi como tu pudiste estrellar mi ventana con tu puta bota. -le grite también, pues quien rayos se cree que es.
-Sam, ¡calma, te dije mil veces que fue un puto accidente! -estupido, fueron solo 5 veces.
-¡Ya Michael, largo de mi habitación!
Diablos, estupido Clifford.