Él compró una esposa. Ella compró una vida de lujos. Él desea poseerla a toda costa. Ella no puede verlo ni en pintura... literalmente. Javier Vázquez es un millonario arrogante, como todos los futbolistas retirados que no saben qué hacer con su dinero. A día de hoy tiene una mansión de ensueño en una urbanización de lujo, más ceros en su cuenta corriente de los que puede derrochar, y aunque en su móvil tiene una bochornosa cantidad fotos explícitas de diversas mujeres, ha comprado a una esposa. Belén.