Sé que suena increíblemente cliché, pero es totalmente cierto: yo no creía en el amor. La vida no me había dado herramientas para creer en él, hasta ahora.
Era de esas que miraban el compromiso con horror, sin entender cómo la gente podía firmar una promesa para toda la vida, así sin más. Estaba tan lejos de ese sentimiento que claramente llegué a pensar que el amor no era nada más que una ilusión que algunas personas tenían el privilegio de vivir, pero no era mi caso.
Sin embargo la vida me sorprendió, y cuando menos lo esperaba, puso frente a mis ojos la fiel prueba de que el amor es una realidad, y que está más presente que nunca. Por eso te traigo 100 razones para que estés conmigo