Fue un largo año lectivo, aprendiendo cosas y exprimiendo tu cerebro. ¡Al fin las vacaciones! Sin embargo, después de que las fiestas de fin de año y el pan dulce se acabaron, empieza la peor parte de ésta etapa, el aburrimiento. Sí, señores, ese terrible enemigo que creíamos haber dejado atrás, encerrado en el aula, vuelve a atacar. Admitamos que, aunque adoramos las vacaciones, es muy difícil no aburrirse de día tras día sin nada que hacer. Nos despertamos al mediodía como muy temprano y pasamos la tarde con un amigo o leyendo, en el mejor de los casos. Sin embargo, siempre está presente ese fondo de consciencia que nos avisa que no estamos siendo productivos. Además, los amigos se van a la playa y nosotros quedamos solos...
En este libro de colaboración abierta, propongo que todos digamos cómo nos entretenemos en las vacaciones. ¿Tenemos plantas? ¿Hablamos con amigos? ¿Cocinamos? ¿Dormimos?
Espero que ésto me pueda ayudar a mí, igual que a ustedes.