Que un pequeño e indefenso gato montes viva entre lobos no causaría ningún problema, o al menos eso pensaba el imponente alfa al rescatar al pobre bebé gato. -*-*-*-*-*-*-*- - No entiendes, nadie va querer aparearse contigo - le dijo de mala gana el lobo al gato. - Es mi primera luna y estoy seguro que mi olor traerá a más de uno - respondió ya el gatito enojado. - Que ingenuo eres... los cambia-formas no perciben el aroma del celo que desprende de otras especies, así que vete olvidando de tu noche de pasión - el lobo dio media vuelta y fue a su cuarto, si seguia cerca de ese gato terminaria tirándose encima suyo, ese maldito olor que desprende lo estaba volviendo loco y parecía ser el único.