Dice que un día me vio, pero que no se acercó a decirme nada. Si lo hubiese hecho, probablemente le habría abrazado. Le habría dicho:Vaya, así que tú eres el chico que sigue vivo a pesar de los aviones. Y le habría invitado a una lata de cerveza en la calle o a dos o a siete. Porque hay anillas que no activan bombas y sirven de paracaídas. Porque nos gustan las aceras y él huele a ellas. A Nagore, donde ella quiera, siempre.