Cuando era niña una bruja se fijó en mí y me ofreció un gran regalo, y una aún más grande profecía sobre mi persona:
''Pequeña niña, ahora Targaryan, ahora Martell, tu volverás a ver dragones volar, soles apagarse, leones rugir, lobos recordar, ciervos morir, y cabalgarás sobre los más fuertes caballos, no serás reina jamás, pero podrás liderar cualquier territorio importante, y nunca perderás, aunque tu vida, comenzará dentro de poco a no serte fácil.
Sin ti el verdadero rey, el más justo, el que reinará por siempre, no podra llegar a sentarse sobre el trono de hierro, mil canciones hablarán de ti. ''