Un cuento de hadas antes de saberlo

Los años pasaron y la amistad entre Lucia y Érica no ha cambiado, las sonrisas, las charlas, la taza de café por las mañanas, siguen, la única diferencia, ya no son las niñas de nueve años que jugaban a la casita juntas, tampoco son las adolescentes de 15 años que se saltaban las clases, mucho menos son las jóvenes de 20 años que se fueron a vivir juntas.
Ahora el destino les permite que sigan juntas, la diferencia, ellas ya no son las chicas de antes, ahora son mujeres de 55 años, con casas separadas por una calle, casadas con dos chicos que conocieron en un café a las afueras de la ciudad, Lucia mayor por unos meses, con tres hijos, un joven de 30 años, una chica de 16 años y una pequeña de 14 años.
Érica también tiene a su familia, una joven de 29 años, un chico de 28 años, otro de 25 años y la menor de 21 años.
Siempre desearon estar juntas, que sus familias estén unidas, que al final se convirtieran en una sola, que pasaría, si sus hijos mayores siempre se vieron como hermanos, que pasarían si su sueño dependiera de otras personas, que tal si tienen que ver más allá.
- Comadre, estas segura de esto.- dijo subiéndose a un bote de pintura.
- Ya te dije que sí, Érica.- mirando desde la cámara de su celular.
- Nunca pensé en este escenario, tú y yo, arriba de un bote de pintura, espiando a nuestras hijas. - dijo mirando por la ventana del baño.
- Al menos no estamos en un playa nudista, como pensamos que estaríamos hace 20 años.- dijo Lucia ganándose un golpe por parte de Érica.
- Eiii, alto, que allá vienen.- dice enfocando la cámara.
Tal vez, ver más allá es ver a través de esa ventana del baño...