"Y Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible" (Marc. 9:23)
El ser humano tiene la capacidad de lograr lo que se proponga, y cuando digo que puede lograr lo que se proponga no impongo restricciones. Pero si esto es verdad ¿Qué es lo que impide que efectivamente se cumpla?
Imaginemos un mundo ideal, donde podamos obtener todo lo que deseemos, donde no exista la enfermedad, el dolor, la miseria, un mundo justo, ¿Qué hace falta para que este mundo sea una realidad?
Hace falta fe, y cuando digo fe, no me refiero a la fe muerta depositada en imágenes, dioses, cosas u objetos, me refiero a la fe entendida como el desarrollo del poder interno que cada uno de nosotros posee.
La mayoría de las personas creen que la fe es algo inherente a la religión, que tener fe es pedir algo a Dios y recibirlo, algo que la mayoría de las veces no ocurre. ¿Cuántas personas han clamado por salud y terminan muriendo finalmente de alguna grave enfermedad? ¿Cuántos han pedido trabajo y pasan mucho tiempo sin conseguirlo? ¿Cuántos han pedido tantas cosas y simplemente no llegan? No es que no tengan fe, todos tenemos fe en algún grado, el problema es que no saben encausar esa fe.