Eras cómo el humo del cigarrillo que Me enseñaste a fumar. Solías esfumarte, y desaparecer. Amaba eso, aunque me lastimara. Un día te esperé cómo todos los días, Ni siquiera probé la primera calada de mi cigarrillo. Te estaba esperando.... Pero no llegaste. Todos los derechos reservados. ©All Rights Reserved
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