No me di cuenta de lo que estaba en juego, hasta que lo perdí. Tanto fue así, que intenté huir y no pude, tuve miedo, pensé más en mi alrededor que en mí, pero aún así seguí. Intenté recuperarlo, pero ya era tarde. Perdí su confianza desde hace mucho, a partir de ahí, creo que nunca me creyó nada. Me arrepiento de no contestar cada llamada, de haber borrado casi todos sus mensajes, hoy solo me quedan una que otras grabaciones de voz y recuerdos que atesoro en mi mente y cuerpo. Siento como quedé fragmentada, pero indirectamente fue mi elección.