-Es... Es un placer señ..-
-¿Quién es ella?- Sus ojos se dirigieron a los de su hijo, interrogándole con la mirada más profunda y confundida que había visto jamás.
-Mi novia, mamá. Su nombre es Cryztal. ¿No la reconoces?-
Los ojos de la señora, no tan mayor a decir verdad, se veía bastante joven, se incrustaron ahora sobre mi cuerpo. Parecía reconocerme, pero al mismo tiempo había algo en su cabeza que no terminaba de hacer "click".
-Suéltate el cabello, princesa.- Murmuró mi novio en mi oído, su madre no había escuchado, y yo no entendía para qué quería aquello, pero obedecí y llevé mis manos a mi sombrero, lo aparté dejándolo sobre la mesilla de café que había frente a nosotros y mi cabello aún de color rojizo intenso cayó sobre mi espalda y mis hombros, mi novio me hizo darle la espalda a su madre y escuché como, minutos después, un suspiro salió de la garganta de la señora, todo se volvió aún más tenso en aquel momento, parecía haberse congelado, parecía una de las escenas de suspenso más intensas en las que había actuado en mi vida. Mierda, ¿Pero qué había pasado? ¿Qué tenía mi cabello?
-La puta de Peter Couteau.- El nombre de mi personaje se escuchó en aquella sala, resonó en la voz de la que es ahora mi suegra, al parecer.
-Yo te lo dije, ¿Recuerdas?-
Y mi rostro volteó confundido para observar el rostro de mi novio. Sus ojos mieles estaban brillantes, y tenía una sonrisa que iluminaba todo su rostro.
No sabía en qué clase de maldito código estaban hablando pero parecía ser algo importante.
-Justin, pero qué...-
-La puta de Peter Couteau, mamá.-
[En algunas partes de la historia habrá contenido fuerte y sexual, así que si no estás preparado/a para ello, mejor abstente de leerla. Lees bajo tu responsabilidad.]
¡Gracias por leerla, votarla y comentar! Esta historia es basada en una historia real, con algunas modificaciones para ocultar identidades, así que espero les encante! Xoxo.All Rights Reserved