- ¿Estás nerviosa?
- No, bueno sí, un poco... en realidad sí estoy nerviosa y mucho.
- Respira cariño, lo harás excelente
- No lo sé má, allá afuera hay mucha gente y Simon realmente me asusta
- Tranquila, en cuanto te escuche quedará fascinado contigo
[...]
- Y cuéntame _____, ¿cuántos años tienes?
- 16, acabo de cumplirlos
- Oh, felicidades linda
- Gracias
-¿Eres latina?, digo, por tu acento.
- Sí, soy chilena
- Genial, y dime ¿que nos cantarás?
- ...
[...]
- Hola, yo sólo venía a felicitarte, haz estado fantástica allá afuera
- Muchas gracias...
- Lauren, mi nombre es Lauren
- Un placer Lauren, soy _____
- El placer es mío, lo siento _____, debo irme, es mi turno
- Adiós y ¡suerte!
***Prohibido copiar o adaptar sin permiso de la escritora***
A Camila Cabello, le encanta el amor. Le gustaba leer sobre el y de vez en cuando, hasta escribirlo.
Claro que fue totalmente diferente el sentirlo.
Pues no podía entender como entre tantas personas, se enamoraría de una chica. Y entre tantas chicas, se enamoraría de solamente una: Lauren Jauregui, su mejor amiga.
El mundo entero siempre ha dicho: "Díselo, ¿Qué puedes perder?".
Pero ella lo entendía, la respuesta era simple: A su mejor amiga.
Todos siempre dicen: "Díselo". Y ella realmente se preguntó que tenía de malo el hacerlo.
Y lo hizo.
El problema era que todos hablaban y claro, la que al último saldría perdiendo todo, era ella.
Solo fue un día, unas palabras, unos hechos y todo cambiaria totalmente.
¿Fue una buena idea? ¿Más de quince años de amistad o un jodido sentimiento? ¿Valió la pena? ¿Qué dirá ella? ¿Se quedará o se irá?
Una cosa era cierta: No debió escuchar a los demás.
Y más importante:
No debió escuchar a su corazón.