Siempre

Valeria y Emiliano no creían en las historias de amor, y menos para estar tan pequeños.
Ellos eran mejores amigos desde secundaria y siempre se apoyaban y se contaban todo, hasta la más mínima estupidez se contaban. Eran inseparables, casi como hermanos, o eso pensaban, hasta que después de tanto tiempo juntos encontraron sentimientos extraños, algo que nunca antes habían sentido, pero tenían tanto miedo de decirlo que prefirieron guardarlo, causando muchos problemas que después sus amigos les ayudarían a superar, formando una historia de amor sin límites.